Una onda de choque se define como una onda con un rápido aumento de presión en un periodo muy corto, seguida de una disminución gradual con una pequeña fase de presión negativa. La onda de choque se dirige a las zonas afectadas que originan dolor crónico. Su efecto disuelve los depósitos de calcio y mejora la vascularización. El efecto posterior es el alivio del dolor.